En su libro David y Goliat, (2013), el historiador canadiense Michael Gladwell plantea que este relato bíblico en realidad no ocurrió como siempre lo hemos conocido. Que la lucha entre el legendario guerrero y el humilde pastor que se valió de una piedra y una honda ha sido mal interpretado durante siglos. Según el argumento central de este libro, Goliat, -a pesar de su peso, estatura, fuerza y de la fama ganada durante años de combate- padecía de un trastorno conocido como acromegalia, una enfermedad hormonal que generaba un crecimiento desproporcionado del cuerpo (lo cual explica el tamaño de este gigante), problemas de visibilidad, migrañas y torpeza para ejecutar algunos movimientos.
Una simple piedra bien lanzada, que pegó en el punto exacto, bastó para lograr que este guerrero se desvaneciera, y que David se convirtiera en el emblema de la lucha entre el desvalido y el gigante.
Este relato, es a propósito de una anécdota -aparentemente- irrelevante. El viernes de la semana pasada, el ex presidente Felipe Calderón, su hijo Luis Felipe Calderón Zavala, y el Senador Gerardo Fernández Noroña estuvieron juntos en un avión de la Ciudad de México a Campeche. La coincidencia tomó vuelo, porque el Senador se siguió de largo cuando se topó de frente con el ex presidente. Posteriormente, Noroña tuitea que, al aterrizar, el avión tuvo una ligera turbulencia, que hubiera sido “una paradoja increíble que nos chupara la bruja al usurpador y a mi en el mismo vuelo”.
Al bajar del avión, Luis Felipe Calderón confronta a Fernández Noroña y le dice: “En twitter sí, pero de frente, hasta te sigues de largo”. Todo quedó grabado en video y rápidamente se viralizó en las redes sociales. Noroña fue exhibido como aquel “perro que ladra no muerde”.
En los pocos meses que lleva como presidente de la mesa directiva del Senado de la República, Gerardo Fernández Noroña ha demostrado en muchas ocasiones haber perdido el norte de su brujula. O, mejor dicho, demostrar realmente quién fue siempre. Que orinar una alcantarilla con tal de no pagar el baño de una gasolinera, buscar ser detenido por la policía por negarse a pagar el iva de un jugo en una tienda, o el pase de lista de los 43 normalistas de Ayotzinapa, no eran más que una parte de la construcción del personaje estridente, combativo y “de izquierda”, al que en realidad le encantan las comodidades del poder, los buenos viajes (en primera clase), los autos de lujo, entre muchas otras amenidades “fifís”.
Por su parte, Luis Felipe Calderón Zavala (desde la cuna) tiene nada que perder y mucho por ganar, al igual que Andy López Beltrán, el discurso y el legado ya están perfectamente trazados, lo que hace falta es seguirlos al pie de la letra y capitalizar las simpatías que su padre pudo haber tenido. Ciertamente, la historia ya sentenció a Felipe Calderón como el Presidente que desató la guerra y usó a García Luna (sentenciado en Estados Unidos por sus vínculos con el narcotráfico).
Finalmente, retomo y suscribo un análisis que hizo Denisse Maerker sobre la foto en el zócalo en donde la cúpula morenista le dio la espalda a la presidenta Claudia Sheinbaum. A veces, una anécdota espontánea puede entrañar mucho más significado y profundidad política que el más encendido de los discursos. ¿No estará Noroña dándole vida a un opositor emergente? En unos años lo sabremos.
Inician las campañas de la elección judicial.
El día de ayer comenzaron a circular los primeros videos de aspirantes a cargos de elección en la jornada que habrá de celebrarse para renovar el Poder Judicial. Muchos de ellos, rayando en el ridículo, o totalmente desorientados de qué deben hacer. Algunos, en lugar de estar haciendo coreografías de Tik Tok deberían estar atendiendo los pendientes de sus respectivos órganos jurisdiccionales.
En cambio, algunos rostros jóvenes, como el de Rodrigo Garduño, candidato a Juez de Distrito en materia laboral, empiezan a perfilarse como una nueva cara del Poder Judicial. En los días por venir lo hablaremos con mayor detalle.
