La guerra comercial entre China y Estados Unidos escaló de nuevo este lunes, cuando el presidente Donald Trump amenazó con imponer aranceles adicionales del 50% a los productos chinos si Pekín no revierte los gravámenes del 34% que anunció contra productos estadounidenses. En respuesta, el gobierno chino declaró que está dispuesto a «luchar hasta el final» y acusó a Washington de chantaje y extorsión económica.

El Ministerio de Comercio de China criticó duramente las declaraciones de Trump, calificando sus aranceles de “unilaterales” y “sin fundamento”, al tiempo que rechazó la idea de reciprocidad que el mandatario estadounidense esgrimió para justificar sus medidas. Pekín advirtió que, de concretarse la amenaza, tomará nuevas contramedidas dirigidas a productos clave de Estados Unidos.

Desde Washington, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, calificó la reacción china como «un gran error», y aseguró que el gobierno estadounidense mantiene “todo sobre la mesa”, sugiriendo que podrían intensificarse las represalias comerciales. Aunque los mercados internacionales mostraron señales de estabilización este martes, tras varios días de fuertes pérdidas, la tensión entre las dos principales economías del mundo sigue sin ceder.

La Unión Europea, por su parte, pidió una solución negociada para evitar una mayor disrupción del comercio global. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, mantuvo una conversación telefónica con el primer ministro chino, Li Qiang, en la que ambos abordaron la necesidad de establecer un mecanismo de monitoreo para evitar que los productos redirigidos por los aranceles terminen afectando al mercado europeo.

En paralelo, Bruselas analiza imponer aranceles del 25% a diversos productos estadounidenses, como la soja y los frutos secos, aunque por ahora ha dejado fuera al bourbon. No obstante, el bloque europeo continúa bajo la amenaza de nuevos aranceles estadounidenses, incluidos un posible 20% sobre automóviles y bebidas alcohólicas, lo que mantiene la incertidumbre en varios sectores industriales clave.

Mientras tanto, las bolsas europeas y los índices de Wall Street comenzaron a recuperarse tras tocar niveles mínimos en meses, luego de que algunos líderes empresariales cercanos a Trump le solicitaran reconsiderar su estrategia. Las farmacéuticas europeas también expresaron su preocupación a Von der Leyen, advirtiendo que la guerra arancelaria podría acelerar la salida de la industria hacia Estados Unidos.

La confrontación comercial, lejos de disminuir, se está consolidando como un conflicto de largo plazo con consecuencias globales. En este nuevo episodio, China y Estados Unidos parecen decididos a mantener sus posturas, lo que augura un escenario incierto para el comercio internacional.

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