El gobierno de Estados Unidos, bajo el liderazgo de Donald Trump, reactivó este 14 de abril su ofensiva comercial contra México al anunciar un arancel del 20.91% para los tomates frescos importados desde el país. El Departamento de Comercio notificó que se retirará del Acuerdo de Suspensión firmado en 2019, que hasta ahora evitaba la imposición de derechos antidumping. Con ello, el nuevo arancel entrará en vigor el próximo 14 de julio, afectando severamente al comercio bilateral agrícola.

Según el memorándum firmado por funcionarios del Departamento de Comercio, la decisión responde a que el acuerdo de 2019 ya no protege adecuadamente a los productores estadounidenses frente a prácticas de precios “injustos” por parte de exportadores mexicanos. Además, se anticipó la emisión de una orden definitiva de derechos antidumping y la cancelación de una de las dos revisiones administrativas en curso. Todo esto se realizará con base en la cláusula XI.B del acuerdo, que permite la salida con un aviso previo de 90 días.

El Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) advirtió que esta medida tendrá consecuencias graves para el equilibrio del comercio agroalimentario entre ambos países. Recordó que el tomate mexicano representa más de la mitad del consumo total en Estados Unidos y que casi todas las exportaciones mexicanas de este producto tienen como destino ese país. Para GCMA, la decisión es unilateral, distorsiona el comercio y podría provocar alzas de precios para el consumidor estadounidense.

Especialistas como Jorge Molina, consultor en comercio internacional, atribuyen la medida a presiones políticas internas en Estados Unidos, particularmente del sector productor de Florida, que históricamente ha sido crítico de la presencia del tomate mexicano en su mercado. “Este es un tema impulsado por Marco Rubio desde hace años; los productores locales han perdido terreno porque el tomate mexicano tiene mejor sabor y calidad”, señaló.

Durante la administración Trump en 2019, el acuerdo de suspensión se firmó para evitar una guerra de aranceles. Dicho acuerdo permitía auditar hasta 80 productores mexicanos cada trimestre y se consideró suficiente para eliminar el dumping. Sin embargo, el Departamento de Comercio afirma que ha recibido un gran número de quejas de productores locales, lo que justificó reactivar la política de protección mediante aranceles.

Hasta ahora, el gobierno mexicano no ha emitido una postura oficial sobre el anuncio. La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y la Presidencia han sido contactadas por diversos medios, pero siguen sin ofrecer declaraciones. La falta de reacción oficial genera incertidumbre entre productores nacionales, especialmente considerando que solo en 2023 México exportó tomates a EE.UU. por un valor de 2,849 millones de dólares.

Este nuevo arancel no guarda relación con otros que Trump ha amenazado con imponer por temas como migración o el combate al fentanilo, ni con los aranceles recíprocos exentos por el T-MEC. Sin embargo, vuelve a poner en el centro de la discusión el uso de medidas comerciales con fines políticos y la fragilidad de los acuerdos bilaterales ante los vaivenes del contexto electoral en Estados Unidos.

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